¡Menos mal que usted está en un barco! Usted no está al alcance del tiburón y, por lo tanto, no corre peligro. Esto significa que –mientras usted permanezca en el barco– la probabilidad de que el tiburón le haga daño es baja, aunque el tiburón en sí sea un animal muy peligroso.
Y ahora imagínese que salta al agua para darse un chapuzón. En este caso, ya no habría ninguna barrera entre usted y el tiburón, y la probabilidad de que el tiburón le haga daño sería muy grande. Esto sería una gestión de riesgos muy mala.